Lectura interesante: Ingeniero ruso revela historia secreta: El plato volador es fruto de la carrera armamentista entre EEUU y URSS
Según una reciente información del diario ruso “Pravda”, lograron producir con éxito platos voladores las dos superpotencias, EEUU y la URSS durante el período de “Guerra Fría”. Los platos voladores de Estados Unidos, que invadieron una y otra vez el espacio aéreo de la Unión Soviética, siguen activos en todas partes del mundo para realizar actividades de reconocimiento. “Pravda” decidió dar a conocer lo que contó un ingeniero ruso que participó en la investigación y desarrollo de platos voladores. De esta manera, se hizo pública una historia secreta antes desconocida sobre la producción de platos voladores de EEUU y URSS.
Objetos voladores no identificados (OVNIs) invadieron el espacio aéreo soviético a
fines de los años 80 y a comienzos de los años 90 del siglo XX, según el ingeniero ruso
El citado ingeniero ruso reveló ante los medios de comunicación: Los platos voladores de la primera generación en el mundo no podían volar lejos. Si quería enviar platos voladores a hacer reconocimientos en la URSS, Estados Unidos tenía que enviar submarinos a esconderse cerca de la costa de la Unión Soviética para lanzarlos. Cuando la URSS acababa de iniciar la investigación y producción de dispositivos similares, el Pentágono ya estaba ensayando platos voladores de la tercera generación.
A fines de los años 80 y a comienzos de los años 90 del siglo XX, OVNIs invadieron el espacio aéreo de la URSS. Algunas de estas “visitas” llamaron la atención de la URSS. En diciembre de 1989, algunos policías de la ciudad de Krasnoyarsk de Siberia fueron testigos de un fenómeno inimaginable. Ellos expresaron: “Vimos algunos dispositivos negros con luces multicolores haciendo ensayos con cables de transmisión eléctrica de una planta procesadora de productos de aluminio de la localidad.”
Algunos allegados de este ingeniero que reveló el secreto sobre los platos voladores también vieron con sus propios ojos OVNIs volando sobre el río Yenisei y sobre la ciudad de Krasnoyarsk. El ingeniero en mención también vio con su propios ojos un OVNI volando sobre la región soviética de Ural el 26 de abril de 1989.
No podemos sino preguntar: ¿De dónde provinieron, en fin de cuentas, estos aparatos raros obviamente fabricados por seres humanos?
El inventor norteamericano Chance Vought se dedicó a la investigación y desarrollo de platos voladores ya en 1911; la primera generación de platos voladores aparecieron a fines de los años 40 del siglo XX en EEUU
En realidad, los esfuerzos hechos por la humanidad por fabricar platos voladores tienen una historia larga. Ya en 1911, el inventor norteamericano Chance Vought trató de desarrollar un objeto volador en forma de paraguas, el cual con apariencia graciosa y rara fue realmente predecesor de los platos voladores modernos. Desde luego, era imposible que Chance Vought gastara mucho dinero solamente para entretener al público.
En comparación con el principio de vuelo de los aviones tradicionales, el principio de vuelo de los platos voladores es el de lanzar el plato volador a impulso de la fuerza de ascenso producida por medio de vibraciones rápidas sobre el aire de abajo. Durante el curso de fabricación del “avión de paraguas”, los ingenieros estuvieron conscientes de que era posible producir una más poderosa fuerza de ascenso. En aquel entonces, los científicos aún no dominaban toda la tecnología sobre la fuerza de vibración y la frecuencia de onda ultrasónica, de manera que la investigación y desarrollo de platos voladores se alejaron poco a poco de la vista del público.
Sin embargo, la investigación y desarrollo de platos voladores siguieron marchando en forma secreta. Después de la Segunda Guerra Mundial, la empresa productora de aviones establecida por Chance Vought cooperó con el Departamento Naval de Estados Unidos para producir con éxito el plato volador “Skimmer”, el cual no fue visto con buenos ojos por la gente en aquel entonces sino considerado como una variante del avión con motor de hélice. Pero, esto no descartó la probabilidad de que Chance Vought produjera ese tipo de avión en aquel entonces para realizar ensayos especiales sobre la fuerza de ascenso aerodinámico del motor electrocinético
A fines de los años 40 del siglo XX, la primera generación de platos voladores aparecieron en Estados Unidos. La forma exterior de estos platos voladores era muy parecida a la de un audioamplificador telefónico. Algunos hechos sobre este raro aparato volador siguen siendo un misterio hasta ahora.
Al igual que el cohete, la primera generación de platos voladores tenían que lanzar en chorro sustancias sobre el aire de abajo y, de lo contrario, no podrían obtener la fuerza de ascenso. También tenían que dar vueltas circulares con muy alta frecuencia y crear continuos torbellinos de vibración a través de la membrana vibrante, de manera que era muy limitada la distancia de vuelo debido a que era demasiado pesado el dispositivo de impulso electromagnético.
En los años 60 y 70 del siglo XX, la URSS manufacturó exitosamente sus propios platos voladores cuando la tercera generación de platos voladores de EEUU ya había aparecido
Durante el período de la Guerra Fría, los platos voladores enviados por Estados Unidos a la URSS fueron todos lanzados por submarinos frente a la costa soviética y, en consecuencia, aparecieron informes oculares sobre la elevación de OVNIs correspondientes desde el mar.
Más tarde, a medida del progreso técnico, la nueva generación de platos voladores dejó de usar campo electromagnético para hacer vibrar la membrana propulsora. El cuerpo de este vehículo volador, hecho de materiales cerámicos piezoeléctricos, se vale del efecto piezoeléctrico (es decir, el fenómeno de aparición de diferente carga eléctrica en la superficie de ciertos medios cuando éstos se deforman debido a la actuación dinámica) para producir vibraciones. La segunda generación de platos voladores hechos de materiales cerámicos piezoeléctricos ha dejado de mantener la forma de plato, sino que se ha convertido en formas esférica, elíptica u otras formas tridimensionales.
En las décadas de 1960 y 1970, la Unión Soviética manufacturó exitosamente sus propios platos voladores. El académico soviético Víctor Shklovsky asevera en un proyecto de inteligencia titulado “Vremya” que en el universo no existen otros seres vivos que el hombre. Esto se parece a una declaración oficial de las altas capas soviéticas, en otras palabras, no han existido nunca los supuestos extraterrestres y todas las informaciones sobre los OVNIs vistos con ojos propios son palabras absurdas. Una comisión especial del Gobierno Soviético impuso inmediatamente una censura rigurosa sobre las informaciones periodísticas y publicaciones, tachando todo contenido relacionado con las visitas de OVNIs a la Tierra y con los extraterrestres.
Además, una revista autorizada rusa reveló una técnica secreta de uso civil?una técnica de vibración empleada en los aviones IL-86 en prevención de congelación en las alas. Y el núcleo de esta técnica es la de propulsar los platos voladores en su ascenso al aire. La revista también reveló el proyecto secreto de abastecimientos de impulso, es decir, un artefacto de inducción que hace vibrar los aviones de aluminio.
En aquel entonces, Estados Unidos ya habían manufacturado su tercera generación de plato volador, que es un luminoso vehículo volador de color negro. El artefacto productor de luz es un aparato incitador de vueltas: la luz producida en el fondo propulsa el vuelo del plato en tanto que la luz lateral (el llamado aparato de iluminación) propulsa el plato en su desplazamiento hacia los dos lados.
La parte militar estadounidense no quiere revelar hasta hoy los documentos
técnicos sobre platos voladores porque nunca ha dejado de usarlos como armas secretas
El plato volador no es un vehículo sin peso en que viajan los extraterrestres para aterrizar en la Tierra como se describe en las novelas de ciencia ficción, sino un vehículo con motor eléctrico muy cercano a la realidad que puede volar arriba y abajo mediante un anillo turbopropulsor. Para nosotros, esto constituye absolutamente una idea singular y peculiar. Si se quiere una explicación relativamente clara, el principio técnico del plato volador es, en realidad, muy fácil de comprender y no como el corcel celeste que cruza el cielo volando en nuestras imaginaciones. Sabemos que el torbellino juega un papel importante en la producción de la capacidad elevadora para los insectos (por ejemplo la libélula).
Puesto que conocemos bien el principio de vuelo de los platos voladores, podremos remontarnos a las diversas etapas de desarrollo de esta técnica. Aunque la parte militar estadounidense no quiere revelar hasta hoy los documentos técnicos al respecto, el hecho de que últimamente hayan aparecido con frecuencia huellas de platos voladores en el aire de Irán muestra que Estados Unidos no ha dejado nunca de usarlos como armas secretas.
Además, el no querer revelar el secreto se debe también a que el uso de esta sustancial técnica aeronáutica conducirá inevitablemente al cambio completo de la civilización, lo que perjudicará los intereses de innumerables personas de la Tierra. Como el plato volador puede cruzar fácilmente las fronteras, es una cosa que desean con vehemencia los terroristas y narcotraficantes.
Y, lo que es más, este vehículo volador es mejor recibido que los medios de transporte gasolineros, de manera que tiende necesariamente a dejar a los magnates petroleros a quedarse en la ruina y a las empresas automovilísticas a quedarse al borde de la quiebra. La razón principal por la que Estados Unidos y la Unión Soviética querían mantener en estas circunstancia el secreto técnico de los platos voladores también reside en que este tipo de platos voladores contradicen el derecho internacional pues tal vez crucen la frontera de un país sin comunicarse con las autoridades correspondientes.