Proveniente de la tradición oral estadounidense, y perteneciente al género de las "fearsome critters" (criaturas aterradoras), tenemos al Argopelter.
El Argopelter (Anthrocephalus Craniofractens), es una criatura vagamente humanoide; con un cuerpo alto, delgado y sumamente flexible; la cara de un simio, y brazos como látigos con los que puede arrancar ramas y lanzarlas como si fueran javalinas.
La presa predilecta de esta criatura son los búhos y los pájaros carpinteros, y una falta repentina de estas aves indicaría que hay un Argopelter cerca.
La leyenda dice que el Argopelter ama fastidiar a los leñadores desde Maine a Oregon, y que es un suicidio pasar cerca de un árbol hueco en el cual una de estas criaturas habite, pues el desafortunado peatón es usualmente hallado aplastado o empalado por una rama seca; y comúnmente estos incidentes son reportados como "causados por ramas podridas que cayeron solas". Más sin embargo, el Argopelter tiene una puntería tan perfecta que no hay registros de que un hombre haya sobrevivido a su ataque.